La talasoterapia es apropiada para cualquier persona. Su capacidad para relajar el cuerpo y la mente la hace muy recomendable para aquellas personas sometidas a una gran presión y estrés diario. Además de estas propiedades relajantes, también se recomienda a mujeres que acaban de dar a luz, a personas que padecen de asma, faringitis, osteoporosis, insomnio, depresiones y postoperatorios; e incluso para recuperarse de un largo proceso infeccioso.
También favorece la circulación, reduce edemas y desinflama, mejora los tejidos, combate la flacidez y la celulitis y retrasa el envejecimiento de la piel. Tanto en institutos especializados como en el mar propiamente dicho, con este tratamiento pueden obtenerse resultados físicos y psíquicos beneficiosos en poco tiempo.
La terapia del mar la pueden practicar todos
La terapia en el medio marino es más eficaz si se realiza durante la mañana, porque la brisa desaloja las impurezas que se depositan en la superficie del agua cuando sube la marea (pleamar).
Con el movimiento de las olas, el mar ejerce sobre el cuerpo una acción tonificante, un verdadero hidromasaje natural. La inmersión ofrece sensación de bienestar, renueva las energías y aumenta la vitalidad de manera instantánea. Además, para llevar a cabo este tipo de tratamiento no es necesario saber nadar.